Errores comunes que los padres cometen al corregir el lenguaje: Estrategias más eficaces para corregir problemas sin causar estrés en el niño.

El desarrollo del lenguaje es un proceso gradual y único para cada niño. A medida que los padres observan cómo sus pequeños aprenden a hablar, es natural que quieran corregir errores para que mejoren su forma de expresarse. Sin embargo, muchas veces, las correcciones bienintencionadas pueden generar frustración o estrés en el niño, afectando su confianza al comunicarse. Para ayudar de manera efectiva, es importante evitar ciertos errores comunes y emplear estrategias que promuevan un ambiente positivo y libre de presión.

1. Corregir de forma directa o repetida.

Uno de los errores más comunes es corregir directamente los errores de pronunciación o gramática de los niños. Al hacerlo repetidamente, los pequeños pueden sentirse avergonzados o frustrados, lo que puede llevar a una disminución en su deseo de hablar.

  • Ejemplo de error: Un niño dice «Yo poné el zapato», y el padre responde: «No, no se dice ‘poné’, se dice ‘puse’. Repítelo».
  • Estrategia eficaz: En lugar de corregir de manera directa, utiliza la reformulación positiva. Esto implica repetir la frase del niño correctamente, sin exigirle que lo repita. Por ejemplo: «Ah, pusiste el zapato. ¡Qué bien!». De esta manera, el niño escucha la versión correcta y la asimila sin sentir presión.

2. Forzar la Repetición Inmediata.

Otra práctica común es insistir en que el niño repita una palabra o frase correctamente justo después de haber cometido un error. Esto puede hacer que el niño se sienta inseguro o ansioso, especialmente si tiene dificultades para pronunciar ciertas palabras.

  • Ejemplo de error: Después de que el niño diga «pato» en lugar de «zapato», el padre insiste: «No, dilo bien, repite ‘zapato'».
  • Estrategia eficaz: En lugar de forzar la repetición, modela el uso correcto de la palabra en una conversación natural. Por ejemplo: «Sí, tus zapatos son bonitos». Esto proporciona una exposición repetida al lenguaje correcto, sin la presión de repetir inmediatamente.

3. Sobrecorrección o correcciones constantes.

Corregir cada pequeño error en la pronunciación o en el uso del lenguaje puede hacer que el niño se sienta vigilado constantemente. Esta sensación de ser corregido en cada palabra puede generar ansiedad y reducir su espontaneidad al hablar.

  • Ejemplo de error: Cada vez que el niño comete un pequeño error, el padre lo interrumpe para corregirlo.
  • Estrategia eficaz: Selecciona tus batallas y permite que el niño hable sin interrupciones. No es necesario corregir todos los errores; es más importante que el niño gane confianza al expresarse. Elige corregir sólo los errores que afecten significativamente la comprensión, y hazlo de manera sutil.

4. Comparar con otros niños.

Comparar el desarrollo del lenguaje de un niño con el de otros es un error frecuente. Frases como «Mira, tu primo ya dice esas palabras correctamente» pueden afectar negativamente la autoestima del niño y hacer que se sienta menos capaz.

  • Ejemplo de error: «Tu hermano a tu edad ya hablaba mejor».
  • Estrategia eficaz: En lugar de comparar, celebra los logros individuales de tu hijo. Refuerza su progreso diciendo cosas como «¡Me gusta cómo estás hablando cada vez más claro!». Esto refuerza la confianza y motiva al niño a seguir practicando.

5. Esperar perfección a una edad temprana.

Algunos padres esperan que su hijo hable perfectamente desde una edad temprana, lo cual no es realista. Los niños están en constante aprendizaje, y cometer errores forma parte de este proceso. Exigirles que hablen sin errores gramaticales o con una dicción perfecta a una edad muy temprana puede generar frustración tanto en el niño como en los padres.

  • Ejemplo de error: Esperar que un niño de tres años utilice correctamente los tiempos verbales y otras estructuras gramaticales complejas.
  • Estrategia eficaz: Ajusta tus expectativas según la edad del niño y su etapa de desarrollo. A medida que crece, puedes introducir gradualmente nuevas palabras y estructuras, pero sin apresurarlo. Recuerda que cada niño tiene su propio ritmo

6. Hacerlo sentir mal por no hablar claramente.

Frases como «No te entiendo» o «Hablas mal» pueden tener un impacto emocional negativo en el niño. Si el pequeño se siente juzgado o avergonzado por cómo habla, es probable que evite hablar por miedo a cometer errores.

  • Ejemplo de error: «No te entiendo cuando hablas así» o «Siempre dices mal esa palabra».
  • Estrategia eficaz: Mantén una actitud positiva y de apoyo. Si no entiendes lo que dice, pídele que te lo explique de otra manera sin hacer comentarios despectivos. Usa frases como «Vamos a intentar decirlo juntos» o «Dime otra vez, creo que no lo entendí bien». Esto refuerza la comunicación sin hacer que el niño se sienta mal.

7. Falta de estimulación del lenguaje.

En algunos casos, los padres cometen el error opuesto: no estimular lo suficiente el lenguaje de sus hijos. Si bien es importante no corregir en exceso, también es esencial crear un ambiente rico en lenguaje, donde el niño pueda escuchar, aprender y practicar nuevas palabras y estructuras.

  • Ejemplo de error: No interactuar verbalmente con el niño de manera regular o dejar que pase mucho tiempo con pantallas sin mediación.
  • Estrategia eficaz: Fomenta conversaciones frecuentes en casa, léeles cuentos, describe lo que haces en voz alta y haz preguntas abiertas. Estas interacciones diarias ayudan al niño a expandir su vocabulario y mejorar su lenguaje de manera natural.

Estrategias eficaces para corregir problemas del lenguaje sin causar estrés

  1. Modelado positivo: Como mencionamos antes, reformula las frases incorrectas de manera positiva, para que el niño escuche la forma correcta sin sentir presión. Esto es especialmente útil en situaciones cotidianas, como durante las comidas o mientras juegan.
  2. Jugar con el lenguaje: Usa juegos como contar cuentos, cantar canciones y juegos de palabras para corregir errores de manera lúdica y sin estrés. Los juegos de roles, donde el niño imita a personajes o situaciones, también ayudan a practicar el uso del lenguaje en diferentes contextos.
  3. Paciencia y refuerzo positivo: Refuerza el esfuerzo, no solo los resultados. Si un niño está intentando usar nuevas palabras o estructuras, incluso si lo hace incorrectamente, felicítalo por intentarlo: «¡Me encanta que hayas intentado decir esa palabra!».
  4. Ambiente relajado para la comunicación: Crea un entorno donde el niño se sienta libre de expresarse sin miedo a cometer errores. Escucha atentamente lo que dice sin interrumpirle y deja que complete sus frases a su propio ritmo.
  5. Evitar el uso de tecnología en exceso: Aunque algunos dispositivos pueden tener programas educativos útiles, el lenguaje se desarrolla mejor a través de la interacción cara a cara. Limita el tiempo frente a pantallas y prioriza la conversación con otras personas.

En resumen, corregir el lenguaje de un niño de manera eficaz requiere una combinación de paciencia, modelado positivo y un enfoque lúdico. Al evitar los errores más comunes, como las correcciones directas y la comparación con otros niños, los padres pueden fomentar un ambiente donde el pequeño se sienta cómodo, motivado y seguro al hablar.

Si tienes dudas sobre el desarrollo del lenguaje de tu hijo o te gustaría recibir orientación profesional, no dudes en contactarnos. Estamos aquí para apoyarte en cada etapa del crecimiento lingüístico de tu pequeño.