La musicoterapia para niños es una disciplina terapéutica poderosa que merece ser reconocida y valorada en el ámbito del desarrollo infantil. Sus beneficios son abundantes y sus aplicaciones son diversas. Al aprovechar el poder de la música, podemos ayudar a los niños a alcanzar su máximo potencial emocional, cognitivo, social y físico.
El uso de la terapia musical, desde una edad temprana en los niños y niñas, puede ayudar a mejorar el lenguaje, la memoria, la coordinación motora y la capacidad de atención. La música tiene un efecto calmante en los niños pequeños, ayudándoles a dormir mejor y a reducir su nivel de estrés.
Además de los beneficios cognitivos y emocionales, la estimulación musical temprana también puede ayudar a fomentar el desarrollo social de un niño. Cantar y bailar con un niño puede ser una forma divertida de conectar con él y fomentar su capacidad de comunicación y empatía. Así que adelante, exploremos y aprovechemos el potencial de la musicoterapia para brindar a los niños una experiencia terapéutica enriquecedora y fortalecedora.
La musicoterapia aporta un sinfín de beneficios también a los pequeños en sus diferentes etapas de desarrollo. Veamos, a continuación más ampliamente cuáles son todas sus virtudes:
Existen una infinidad de tipos de música orientada especialmente a etapas infantiles. Al igual que en algunos casos puede utilizarse como motivación, en otros, se puede emplear para aumentar los niveles de atención y concentración de los niños, así como para ganar confianza y seguridad en las tareas que realizan mediante la autorrealización.
Con una formación musical temprana conseguimos obtener un nivel de concentración y atención a los detalles superior a la media.
La música logra activar diversas regiones de nuestro cerebro y aumenta el funcionamiento de este órgano. Numerosos estudios han confirmado que una composición musical que llega a nuestros oídos provoca la segregación de dopamina. Este neurotransmisor es el encargado de que nos sintamos satisfechos, tranquilos y a gusto cuando escuchamos música.
A la hora de estimular la motricidad de los niños, los musicoterapeutas infantiles suelen animar al baile. Se indica a los pequeños cómo bailar, o simplemente les dejan expresarse cuando escuchan un ritmo en particular. Por otro lado, tocar ciertos instrumentos les ayudará a fomentar la motricidad como pueden ser la batería, los tambores o el piano.
Como sucede en muchas terapias que están orientadas a los más pequeños, la socialización es un elemento indispensable. De hecho, los humanos somos animales sociales: nos volvemos más fuertes cuando estamos acompañados. La socialización permitirá al niño adquirir las herramientas necesarias para poder enfrentarse al mundo en igualdad de condiciones.
Las canciones infantiles utilizan melodías muy pegadizas con estribillos muy repetitivos y una importante utilización de las rimas. De esta forma, ayudamos a los niños a retener palabras y frases, y conocer su significado.
La música refuerza el lenguaje al mejorar la locución y alfabetización de los niños enriqueciendo su vocabulario mediante la articulación y vocalización de palabras y frases. Aprenderán a expresarse de manera intuitiva y espontánea.
La música es una expresión artística que facilita el desarrollo de la creatividad e imaginación de los más pequeños. Es beneficioso que los instrumentos musicales formen parte de los primeros «juguetes» de un niño.
En musicoterapia, la creatividad es uno de los elementos fundamentales, el objetivo es que los niños puedan trascender sus propios límites y lograr ofrecer todo su potencial. En este aspecto, debemos evitar ser estrictos y eliminar cualquier tipo de rigidez, favoreciendo así la libertad de expresión y la espontaneidad.
Padres y educadores debemos estimular los esfuerzos creativos de los niños.
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