Es muy común que los términos «trastorno del lenguaje» y «retraso del lenguaje» se utilicen indistintamente, pero en realidad hacen referencia a problemas distintos. Ambos implican dificultades en la adquisición del lenguaje, pero tienen características, causas y enfoques terapéuticos diferentes. Como padres o educadores, es importante conocer estas diferencias para entender mejor las necesidades de los niños y tomar las decisiones adecuadas en cuanto a su intervención.
El retraso del lenguaje se refiere a un desarrollo más lento en la adquisición del lenguaje en comparación con lo que se espera para la edad del niño. En otras palabras, el niño sigue las mismas etapas del desarrollo del lenguaje que sus compañeros, pero lo hace de manera más lenta. Un niño con retraso del lenguaje puede:
Es importante destacar que, en el caso del retraso del lenguaje, el niño generalmente superará esta dificultad con el tiempo, ya sea de manera natural o con una intervención adecuada. Es un problema que puede solucionarse, y una vez que el niño alcanza el nivel esperado, su lenguaje se desarrolla de manera típica. Muchos niños con retraso del lenguaje logran ponerse al día y no muestran dificultades a largo plazo.
El retraso del lenguaje puede tener diferentes causas, como:
Un trastorno del lenguaje, por otro lado, implica dificultades persistentes y más profundas en la comprensión y/o la producción del lenguaje. A diferencia del retraso, un trastorno del lenguaje no solo se resuelve con el tiempo y puede afectar varios aspectos del desarrollo.
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